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jueves, 12 de noviembre de 2009

LP │ Grupo Humus de Piura (1984)

Publicado por Unknown On 10:14 2 comments
Revisa aquí el artículo en prensa. Publicado en Diario Correo el 18 de Febrero de 2010.
A pesar de que los registros nos hablan de bandas rockeras en la ciudad a mediados de 1970, no existe material fonográfico de todo este movimiento, que venía de transitar por la balada y la nueva ola. Sangre Verde, Los Galax, Los Gatos Rojos -o The Red cats, depende del local en el cual debían tocar-, son algunos de los grupos que surgieron en pleno gobierno militar en la ciudad de Piura.

Humus fue una banda de rock formada en la ciudad del eterno calor en el verano de 1984. Ronald, Oscar y Beto Ramos León, los creadores del proyecto, venían de trabajar en "Los Gabanas" una orquesta de línea tropical que ellos fundaron en la década del setenta con integrantes como César Saavedra, Rememberto Castro y Aurelio Bayona-. La idea de los tres hermanos, era aprovechar la fiebre rockera que en aquella época se vivía, y contando con un presupuesto algo holgado, generado por los ingresos de su agrupación en los setenta, decidieron armar un grupo con la idea de grabar un vinilo. Cabe indicar que en aquella época, al menos para provincias, grabar un LP era una locura, por los costos y lo difícil que era conseguir un estudio de grabación en la capital, tan ocupados que estaban trabajando con grupos de cumbia de la época.

La banda se conformó de esta manera: Beto Ramos (teclado), Oscar Ramos (guitarra), Ronald Ramos (bajo), Roberto Rázuri (batería) y Martín Pérez (voz), este último había acompañado a la orquesta de los hermanos hasta 1982, año en el que migró a la sechurana "Agua Marina".


Cabe indicar que en aquella época, al menos para provincias, grabar un LP era una locura, por los costos y lo difícil que era conseguir un estudio de grabación en la capital, tan ocupados que estaban trabajando con grupos de cumbia de la época.

En junio de 1984 consiguen grabar en la disquera "Delta Discos". El LP, inmediatamente al salir al mercado, consiguió ubicarse en los principales rankings rockeros del norte peruano. En setiembre del mismo año logran quedar en tercer lugar en un concurso de bandas organizado por una revista especializada de rock del Perú. Las giras en el norte iban viento en popa, pero el género empezó a ser desplazado de las radios por un ritmo caribeño que hablaba de sábanas mojadas y amores eternos: con Lalo Rodríguez, Eddie Santiago, Los Titanes de Colombia y el caleño Grupo Niche a la cabeza, la salsa romántica había comenzado a alzar vuelo. Ante toda esta repentina oleada, los Ramos tuvieron que darse una pausa, para repensar, como buenos empresarios, en la línea musical que en adelante seguirían.
 
La banda desapareció en febrero de 1985. Con un disco de 45 revoluciones grabado y muchas anécdotas de por medio, cada uno continuó con proyectos personales. Los Ramos retomaron, sin mucho éxito, su idea cumbiera, y Martín Pérez Carreño ingresó a la orquesta "Glu Star" de La Unión, Bajo Piura.
Hace unos meses, ví pegado un afiche en Catacaos, que anunciaba un gran baile por Halloween amenizado por la orquesta de "Los hermanos Ramos". Este aventurero clan se las trae.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Dedicado a mis viejos, mis hermanos, por financiar emocional y económicamente todos mis sueños.
Era una calurosa tarde, de esas que suelen atormentar los sesos piuranos. Crucé el charco de agua que la lluvia había dejado a su paso en la Avenida Sullana, esta vez tenía que ser. Nunca la había visto, nunca había hecho una entrevista. Pensaba en mil maneras en cómo podrían tomar, ella y su familia, la penetración en su hogar de un adolescente desconocido que, grabadora en mano, trataría de arrancarle, como en muchas otras ocasiones con muchos otros desconocidos, algún valioso pas aje de la vida de su carismático hijo. Estaba ahí, sentada en una mecedora viendo pasar tantos fragmentos de su existencia, tomó aliento y logró pararse, me abrió la puerta. Buenas tardes, ¿en qué te puedo ayudar papito? Una sombra apareció en el umbral: era su hija, mi más próxima referencia. “Buenas tardes, le hablaba a su mamá acerca de una entrevista que deseo hacerle, me llamo Fernando Ríos, soy hijo de la profesora Sefelmira”. Una sonrisa cómplice, un mueble y una viejita risueña fueron suficientes. Atrás de nosotros, una gigantografía le acuñaba a la conversación una expresión más sentimental.

¿Doña María, señora María, doña Maruja, María, Maruja?
Llámame Maruja, me siento más cómoda.

¿A qué se dedicaban ustedes antes de la llegada de Makuko?
Mi esposo y yo nos dedicábamos a negocios, pequeños. El vendía fruta y verduras en un puestito del mercado; y yo hacía dulces en mi casa, luego los llevaba en fuentecitas al colegio[1]. Yo te soy bien franca hijito, no tengo estudios, pero a pesar de eso, yo quería ver a mis hijos hechos otras personas.

Por eso siempre, con mi esposo, luché bastante para sacarlos adelante. Bueno, yo no conocí a mi padre, él me dejó de siete meses de nacida, y en esa época no había plata ni para fotos (risas). Pero yo dije “Diosito mío, yo voy a tener a mis hijos, pero los voy a sacar adelante, entre los dos con mi esposo”. Las ventas no daban para vivir cómodamente, pero igual, a mis hijos nunca les faltó, nunca sufrieron en ese sentido, hasta ahora; como me dicen mis hijos “mamita, ¿y tú para qué trabajas ya?” (risas), pero yo pienso “si un día no tengo plata, ya diré, papito véndeme ese tarrito que tengo por ahí”; ¿pero si no? ¿qué voy a vender?[2]”. Mi hijito Manuel, el qué está en Lima[3], me dice “mamita, ¿por qué no dejas esa casa, te vienes para acá?[4]”, pero no hijito, yo les digo “no me quiten eso, porque para esto yo he luchado”. Y tengo los ánimos de quedarme en esta casita, porque aún siento que tengo fuerzas, mis fuerzas de jovencita, a pesar de mi enfermedad[5], y tú sabes hijito, que cuando uno sabe trabajar, no faltan los realitos en el bolsillo (piensa). Por eso me acuerdo, que cuando venía de gira mi Makukito, nos sentábamos y me decía “mamita, tú eres bien luchadora, como te quiere la gente”, “ay hijito, le decía, recuerda que yo nunca fui creída, y me da gusto que tú hayas aprendido eso”. Yo me acuerdo cuando venían aquí a comprarme, jóvenes hijito, ¡de la universidad!, me decían “mamita, tengo 20[6]”, “ya haber, qué quieres papito”, y les abría un higo, le ponía un poquito de manjar, quesillo; y como yo era bien juguetona (hasta ahora soy bien juguetona (risas)), les decía “ya pues hijitos, de aquí que venga alguien con bastante plata, le hago la cutra, de ahí saco los 30 que faltan” (muchas más risas). Pero ya no salgo, acá tengo doce años, doce años que ya no voy al mercado. Ya mi hijo me llamaba, me llevaba de paseo, a Chiclayo, Trujillo, a Lima también, bien bueno era mi hijito (lágrimas)[7]. (…)

Considerando la responsabilidad que le tocaba por ser primer hermano, ¿cómo fueron los primeros años de Alberto?
Él entró al Rosales en 1960, de ahí hasta el 66, que siguió su secundaria en el López Albújar. Cuando estaba churrito[8], de unos diez años más o menos, habían señoras que iban al mercado, y él estaba a la expectativa, “señora, le ayudo con el bolso” les decía, y él les cargaba los paquetes; y habían señoras bien buenas, a mi Makukito se lo llevaban

en su carro, ya en la tarde mi hijito llegaba bien contento a la casa, ¿qué tienes papito? le preguntaba, “mira mamita lo que me han regalado”, le daban juguetes, comidita, cinco realitos, bien lindo era mi hijito, las señoras cómo me lo querían.

Y más o menos, ¿a qué edad comenzó a mostrar su talento?
¡A los doce! Mira, él estaba en el López Albújar, entonces el finadito[9] Juan Lozada (ánimas benditas, que sigan perdonando sus pecados[10]), fue un sábado a mi puesto, un bajito era, y me preguntó: “señora Marujita, ¿qué es de su hijo, el gordito, el que estudia en el López?”, “está en la casa, está haciendo unos trabajos, de sus estudios”, y se despidió de mi. Entonces, yo llegué a mi casa, porque poco lo conocía al señor, y le dije a mi esposo “viejo[11], viejito, un señor chiquito, con sobrerito, viene a buscarlo a mi Cholito”[12], “¿cómo es él?” me preguntaba, ya yo le explicaba y el sacaba quien era, “ah ya, sí, si lo conozco, es de La Arena, tiene su orquestita en San Martín”, y yo le preguntaba a mi Cholito “papito, ¿quién es ese señor que todos los sábados va a preguntar por ti al puesto?”, él se reía[13] y me decía “sí mamita, es que sus hijos estudian conmigo, y a veces está un poco mal y yo le voy a ayudar”, pero mentira, el señor se lo robaba para hacerlo ensayar. Una vez me acuerdo que unos amigos de mi hijo que viven acá en la esquina[14], vinieron a la casa corriendo “señora Marujita, venga corra para que vea al Cholito, está que canta en canal 2[15]”, “muchachos, están locos ustedes, ni en el baño canta”, y no podía salir, porque estaba haciendo los dulces y se podían quemar, y a mi me podía dar un aire[16]. Pero ya, pasaba, y él llegaba del colegio, le preguntaba “Cholito, la gente está que se vuelve loca, ¿por qué vienen a decirme que sales cantando en canal 2, en el Teatro Municipal[17]?”, “mentira mamita, no les haga caso”. No sabíamos nada de eso. Yo iba al mercado, entraba tempranito, y ya estaban mis amigas ahí, me abrazaban bien fuerte, “qué tienen muchachas de mierda[18], ¿’tan locas o qué?, ¡si no es mi cumpleaños!” (risas), “no Marujita, te queremos felicitar por tu Cholito, ¡conocido se está haciendo!”. Yo venía y le comentaba a mi esposo “viejito, la gente se está volviendo loca, me felicitan por el Cholito, me dicen que está cantando en el Variedades[19], en el cine El Sol, en el Municipal”, y mi hijito me decía que no les haga caso, que me estaban mintiendo, me mentía el bandido.
"...yo llegué a mi casa, porque poco lo conocía al señor, y le dije a mi esposo “viejo, viejito, un señor chiquito, con sombrerito, viene a buscarlo a mi Cholito”, “¿cómo es él?” me preguntaba, ya yo le explicaba y el sacaba quien era, “ah ya, sí, si lo conozco, es de La Arena, tiene su orquestita en San Martín”, y yo le preguntaba a mi Cholito “papito, ¿quién es ese señor que todos los sábados va a preguntar por ti al puesto?”, él se reía y me decía “sí mamita, es que sus hijos estudian conmigo, y a veces está un poco mal y yo le voy a ayudar”, pero mentira, el señor se lo robaba para hacerlo ensayar."






Para ese momento, ¿él qué edad tenía?
Si no me equivoco… catorce años.[20] Yo recuerdo que una vez, ahí mi hijito tenía 16 o 17 años, no recuerdo bien[21], para el día de la madre yo también trabajaba, por ejemplo yo vendía panetones, dulces, licor, tortas, la gente iba al puesto y separaba sus cositas cuando habían fiestas, ya luego iba yo a entregar esos productos; ese día yo sólo iba a ir a entregar pues, y, me acuerdo, ese día tempranito mi hijito me abrazó y me dijo “no vayas mamita a trabajar, quédate acá”, yo le digo “tengo que entregar negocio”, y así, le dije “ya mi hijito, entrego hasta el mediodía, de ahí vengo”, y así fue pues, llamaba a la gente, les decía que tenía que correr porque me había llamado un familiar urgente, les mentía pues (risas), iban a la carrera a recoger. Llegué a la casa y me abrazó bien fuerte, y no sé que pasó que tuve que salir, “no te demores mamita” me dijo, al toque[22] no más, hijito, cuando regresé… todo me había sacado de la sala, Avemaríapurísima[23] dije, “hijito, ¿para qué me has sacado todo hijito?”[24], con mi esposo nos asustamos, “nos vaya a traer mujer y está sacando para acomodar” pensaba yo (risas), “mamita, tu no vas hacer nada, nada mamita” me dijo; se fue al mercado, y regresó con varias canastas, llanecitas hijito, de todo traía, vino con tres mozos, había pescado, arroz, de todo, todo lo que era para una fiesta. “Ay señor lindo, dame fuerzas” (risas), llegó una camioneta ploma, cargadita de cosas, venía cocinera, gente para ayudar, y él tomaba la hora a cada momento, de ahí se fue, eran como la 1 de la tarde, y llegó una camionetita[25] con toda una orquesta, mi hijito iba adelante, yo le decía a mi esposo “ay Diosito, no lo hagamos quedar mal, no importa, si es de pagar, yo pago pues”. Ya, armaron la orquesta y a mi me pusieron de espalda, yo me preparaba, me iba afilando, ¡para no acobardarme pues! Y don Juancito Lozada, el dueño, me dijo “señito, yo voy a bailar con usted, pero no se volteé”, uy yo, jugando, le dije “¡qué!, seguro me quieren sacar una foto de atrás, ¿no? (risas), y me acuerdo que tocaron la primera canción que ellos habían ensayado así para los bailes, “Enfermera”[26], y yo bailaba, ¡pero no me dejaban voltear a ver!, y en eso me di la vuelta… ¡era mi hijito!, qué emoción papito te lo juro, nunca lo había escuchado antes, lindo lindo cantaba[27]. Yo decía siempre, seguro alguien me ha de salir cantante, porque yo tengo familia cantante[28], y él desde chiquito ya, me acuerdo que acá, con unos amiguitos de esta calle[29], se sentaban afuera, 7 años tendrían, y agarraban calabazos y los templaban con ligas, y con eso tocaban, y mi hijito cantaba con un calabazo de esos largos, esa fue su primera orquesta[30].
"...don Juancito Lozada, el dueño, me dijo “señito, yo voy a bailar con usted, pero no se volteé”, uy yo, jugando, le dije “¡qué!, seguro me quieren sacar una foto de atrás, ¿no? (risas), y me acuerdo que tocaron la primera canción que ellos habían ensayado así para los bailes, “Enfermera”, y yo bailaba, ¡pero no me dejaban voltear a ver!, y en eso me di la vuelta… ¡era mi hijito!, qué emoción papito te lo juro, nunca lo había escuchado antes, lindo lindo cantaba."
Me acuerdo que una vez, al puesto llegaron unos señores de canal 2, compraron algunas cositas y se fueron, y se les quedan unas llaves; por emisora comenzaron a llamar preguntando por las llaves, decían que quien las encuentre que dé aviso. Yo le dije a “Nene”[31] cuídame un ratito el puesto, los vayan a castigar por perderlas[32], y tomé un taxi, llegué al canal, hijito, ¡de verdad me habían tomado la foto de espaldas! (risas). Me habían hecho lo de la llave para regalarme esa foto. La habían ampliado, en un cuadro, grandaza.

¿Cómo era Makuko como estudiante? ¿alguna anécdota?
Muy bueno hijito, cuando salió del 229 lo felicitaron, era muy respetuoso, amiguero, educado. Me acuerdo que él, a veces habían pleitos en el colegio, como todo joven pues, y a él no le importaba que lo trataran de “maricón”, pero el se salía de la pelea, no les hacía caso (risas), nunca me vino golpeado ni nada. Una vez si, ese bandido, yo estaba yendo para el puesto, y lo encontré en una esquinita, abrazado estaba de una muchacha, para eso él tenía 12 años (risas), yo le dije “papito, muy chiquillo estás para esas cosas, ¿qué edad tiene la muchacha?”, “mi edad mamá, pero mamita, ¿qué edad tenías cuando te enamoraste?”, quince años tenía pues papito –me confiesa en voz baja-. Y para que la churre, buenísima salió, hasta el día de hoy está pendiente de nosotros. Me acuerdo para cuando mi hijo falleció, ella se enteró, vino con su esposo, sus hijos. Nos acompañó bastante acá. Ella fue la que lo recibió en Lima (lágrimas).
(…)







Su paso por Agua Marina es casi desconocido, cuénteme un poco de eso
Si, el estuvo ahí para cuando murió su papá[33], él estaba en Agua Marina, pero fue una época corta. Antes había estado en Brisa Marina, igual en Sechura. Recuerdo que una de esas mañanas, el me dijo “reinita, me voy a Sechura”, yo me había ido al puesto, ya había abierto, y cuando veo a mi hijo, el menor, atrás de mi, “qué pasa muchacho, ¿me estás siguiendo?”, “no mamita, van para la casa, mi papá está mal”, soltó el llanto, un señor de mi confianza me cerró el puesto, me fui para la casa, de ahí a la Clínica Miraflores, en mis brazos murió, él también murió rápido[34].

¿Cómo tomó Makuko las responsabilidades familiares?
Ay mi hijito, cuando mi viejito fallece, como mi hijo menor tenía dieciséis años, Makukito nos dijo “no se preocupen, yo voy a luchar para que salgamos todos adelante”, “hijito, tu no tienes trabajo seguro”, él no tenía nada estable todavía, “no viejita, acuérdate de mi, te vas a sentir orgullosa de mi”, me abrazaba y lloraba, en esos días fue que grabó el sanjuanito, se lo dedicó a su papá[35], triste fue todo eso (lágrimas).









Armonía 10 aún no era muy conocido…
No, aún no. Cierta vez, Walter Lozada[36] nos envío un motor para la luz[37], mi hijo estaba por Sechura cantando[38], y él si, en ese sentido era bien nervioso, estaba bien molesto, que por qué habían hecho eso, ya luego Walter lo volvió a llamar[39].

No existe un registro de la orquesta, sino hasta la publicación de su primer elepé, en 1983. ¿Qué fue de la vida de Makuko y la orquesta durante la década del setenta?
Hasta antes de 1983 a él lo llamaban para presentaciones, de manera temporal. Entonces él se sentía indignado, molesto, le incomodaba que lo dejasen de lado a pesar de haber venido desde “Los Blanders”[40]. Ya él en un momento decidió no ir, Walter lo llamaba y él no respondía, ya no iba[41]. Ya después se arreglaron las cosas, ahí fue que grabó el primer disco[42].

¿Cuánto cambió la vida de Makuko después de empezar a cantar a nivel profesional?
Bastante, él grabó con su compadre Juancito[43] el primer disco de 33[44], luego, el año siguiente el señor murió, me acuerdo que fue para cuando se quemó el mercado, cuando a él lo estaban velando nosotros ya estábamos afuera, sin nada nos quedamos. Ahí fue pues que mi hijo saco la canción “Se quema el mercado”, ahí dice “para mi viejita… donde las cadenas rotas” y todo eso, es que a mi se me quemaron todas mis joyas ahí[45]. A él se lo llevaron a su tierra, él era de La Arena. Luego volvió a salir, seguía sin sentirse cómodo, ahí fue pues que estuvo por Sechura cantando, lo que te conté.

¿Quieres toda la entrevista? Descárgala aquí.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Siempre me he preguntado por qué ningún diario o gaceta económica ha hablado de la organización de esta orquesta cumbiera. Con el nombre, orgullosamente legal, de "Organización Empresarial Agua Marina de Sechura S.A.C.", la orquesta de nuestros amores lanza el disco número diecinueve.
Veinticicno años atrás, la orquesta caletera fundada en 1976, lanzaba el primer disco de 33 revoluciones. Con una performance humilde y sencilla, el vinilo que salía al mercado no aproximaba ni en el olfato del mánagger más experimentado, las dimensiones técnicas que la banda, años más tarde, demostraría con la permanente innovación instrumental.

Luego de treinta y tres años, las sorpresas que esta impresionante agrupación nos trae, son variadas. Desde los hits que ya muchos conocemos por su alta rotación en radios nacionales (Siete días, La espinita, Baila mi cumbia y Amor imposible), hasta admirables innovaciones en partituras (Ella sola va, Sólo por tu amor y Chica de 20 años). Pero lo que más llama la atención es la manera como han manejado el lanzamiento del disco: prepararon su llegada desde hace ocho meses atrás cuando, por los altavoces de miles de radios, sonaba la tonadita del "... tengo siete días para conquistarte, sólo siete días, sólo siete días...", cuando la canción empezó a ser desplazada, soltaron el hit "Amor imposible", ya para estas fechas, solemos oír en cada fiesta, en cada mañana, el estribillo "...me tiene penando... penando" de "Amor imposible".

Todo parece indicar que aprendieron de su primera experiencia estelar, cuando allá en la década de 1990, hicieron conocidas una amplia variedad de temas de diversos volúmenes, muchos de ellos casi a la vez, acortando así su desenvolvimiento mediático. Bien, aquí los tenemos de regreso, más sobrios, más calculadores, más festivos, más a lo "Agua Marina".

33... años en el camino demuestra que no todo en cumbia es escándalos y vedettes, cantantes desertores y peleas televisadas. Con un proyecto musical que tiene para un par de décadas más, lo único que se espera ahora es que, los herederos de la orquesta (que por ser familiar, son muchos), sepan manejar, en su momento, con altura y buen olfato esta exitosa empresa familiar.

Recomendadas: Amor imposible, La espinita, Ella sola va, Corazón de madera, Baila mi cumbia, Chica de los 20 años, Sólo por tu amor, Siete días. O mejor dicho, todo el disco!

Disfrútenlo, y apoyen a la orquesta, compren el original en las discotiendas de su ciudad. Como los anteriores volúmenes, el precio promedio debe ser de 30 soles (10 dólares).

Un abrazo! Y a armar el tono!


viernes, 11 de septiembre de 2009

Mientras escribo esto, una ventana del YouTube reproduce en mi PC un homenaje al Perú de "Américo", un joven cantante que, haciendo paralelos, vendría a ser el Grupo 5 en versión chilena.

Sí, allá "El embrujo", "Motor y motivo", "Te vas, te vas", y muchas otras canciones que nos hicieron dormir borrachos en algún parque más de una vez, son un boom. De pronto la juventud mapocha decidió hacerle un sitio en su Ipod al ritmo interpretado por su ídolo; los estilos europeos tuvieron que, renegando, hacerse a un lado por un tiempo para darle cabida al nuevo rey de las fiestas, y en medio de tanta noticia, una sonrisa que brota acompañada de una lágrima, nos intenta narrar las historias de un señor de trato humilde y perfil bajo.

Estanis Mogollón Benites (Máncora, 1965), no es, como muchos piensan, un genio de la lámpara mágica, un ser sobredotado que un día cogió una guitarra e hizo una mina de oro con ella; tampoco es, como habrían pensado sus cuñados cuando joven, un reverendo ocioso que se dedicó toda su vida a hacer cientos y cientos de composiciones, y bueno, algunas le debieron haber ligado. EMB es, en realidad, un ser común y mortal como todos nosotros, no, como tú no.

Nacido en una paradisiaca aldea al norte de Piura, envolvió tempranamente su vida en cuestiones artísticas: el coro parroquial, el grupo Amistad, la orquesta Los Bellkings. La vida para EMB, sin embargo, no fue precisamente una obra de arte: la fuga del Seminario trujillano, el trabajo como albañil al norte de su ciudad natal, el escaso éxito de su orquesta y de su voz. Para el año 2000, de acuerdo al blog Santa Lima, EMB era un veterano cantante de cumbia al borde de la crisis, con ingresos que no alcanzaban para mantener la vida de una familia. Sin componer absolutamente NADA en más de una década, nuestro querido artista entraba al nuevo milenio con treinta años a cuestas y sin un viso de mejoría.

La otra historia la conocemos de sobra: sus primeros exitos con Tony Rosado, Agua Marina, Armonía 10 y Grupo 5; el boom con el Grupo Kaliente y los primeros pasos de internacionalización con Eddy Herrera, las inmensas regalías producto de sus múltiples hits, la marca "Estanis Mogollón" como una cuestión mediática a nivel nacional, hasta llegar a lo narrado en el primer párrafo de este post.

Pero, ¿qué fue de la primera temporada artística de Estanis en su natal Máncora?, ¿qué fue de aquellos long plays grabados con el Sexteto Tropical? En una terca búsqueda de más de tres meses, pude hallar un primer rastro de este ochentero material, distancias geográficas me impiden ampliar la cantidad de material de Estanis Mogollón con el Sexteto Tropical.

Y como suelo decir, para el verano, para el verano.

Sexteto Tropical de Máncora, canta Estanis Mogollón Benites.

Si algún hermano chileno lee esto, que corra la voz!!!, el creador de "El embrujo" hace 24 años!!!


martes, 8 de septiembre de 2009

Revisa aquí el artículo en prensa. Publicado en Diario Correo el 15 de Febrero de 2010.

Mis viejos reemplazaron hadas madrinas y locas come-niños por crónicas invasoras y de caos. Decidieron sustituir los cuentos de Las mil y una noches por relatos de sombras a la intemperie, gestionando alumbrado y alcantarillado. Quizás por eso me apasiono tanto en relatar cosas que nunca viví, nací en 1991, y sin embargo siento lo descrito párrafos abajo como propio, como íntimo.

Todo sucedió en menos de seis meses. Las pequeñas lluvias que se habían asomado por la incipiente ciudad durante noviembre y diciembre de 1982, decidieron expresar todo su poder en el verano de 1983. Ya para mayo y junio del mismo año, el panorama general de San Miguel de Piura era devastador: desagües, avenidas, malecones y puentes arrasados, familias en la calle, además de autoridades incompetentes, dejaron como resultado pérdidas ascendentes a los 750 millones de dólares. Pero dinero no fue todo lo que se fue, literalmente, al agua; también se perdió, una vez más, la oportunidad de ver florecida una ciudad por sus cuatro lados, la ocasión de poder equiparar infraestructuras y organizaciones a niveles trujillanos o chiclayanos. Se perdió, como sucedería de nuevo en 1998, el hilo de esa madeja que aún no podemos encontrar. Y es que El Niño no es sólo es un fenómeno, también es un pretexto, un pretexto para no reconocer nuestras carencias, nuestros defectos como urbe.

La pregunta del millón es porqué hablamos de Fenómeno del Niño cuando el título dice Armonía 10. Bien, resulta que en medio del desconcierto y la devastación, emergió del inundado arenal un movimiento musical muy interesante: 1983 es el año en que Armonía 10, aquel grupo nacido en los arenales circundantes al casco urbano de Piura, publica el primer disco de su historia. 45 revoluciones por minuto, estallaron las agujas de los tocadiscos norteños.

Pero, ¿en qué andaban los maestros por aquella época? Apenas un año antes, entre 1981 y 1982, se había reestructurado la morfología orquestal: salieron las hermanas Ducós, entró el tumbesino Percy Chapoñay, Makuko Gallardo regresó de Ecuador -para cantar al lado del castellano César Saavedra-, y el piano fue tomado preso por las inquietas manos de Walter Lozada Floriano. La dirección estaba a cargo de don Juan Lozada Naquiche y un inquieto "Telly" Pazos, de Rinconada Llícuar para el mundo, se incorporaba para colaborar activamente en la banda piurana.

Las canciones de aquel disco fueron: Un cigarrillo, una guitarra y una pena y Café con ron. Ambas, ampliamente conocidas -y tocadas- por orquestas ecuatorianas y del norte peruano. Los dos tracks, de origen caribeño, demuestran en todas sus notas, la gran influencia centroamericana en la música del norte peruano, desde el guapeo de las trompetas, pasando por la percusión salseada, hasta llegar al piano al estilo Pérez Prado de Walter Lozada. Todo esto, contrastando enormemente con la tragedia que le tocó vivir al norte con el fenómeno descrito párrafos arriba, que se ensañó mayúsculamente con los asentamientos marginales cimentados en las décadas del 70 y 80. San Martín, el barrio de la orquesta, estuvo en esa lista negra de pueblos jóvenes casi borrados del mapa.

Quizás los músicos y su director nunca imaginaron que aquel disco, grabado una madrugada de hace 27 años en INFOPESA, terminaría en las manos de un churre que escribe una columna de cumbia en Diario Correo, luego de haber pagado 50 soles por rescatarlo, una soleada mañana, de los molares de un perro en un pomposo parque limeño.

En unos meses, podremos contar con las versiones remasterizadas de todos estos temas, paciencia.

lunes, 31 de agosto de 2009

CD │ Agua Marina - Evolución (2006)

Publicado por Unknown On 17:22 1 comment
Siempre he creído que el trabajo más completo y profesional hecho en el mundo cumbiero peruano, es el de la orquesta Agua Marina (Sechura, 1976). Desde la calidad musical -en grabación, arreglos y presentación-, pasando por la complejidad de la empresa -que, más allá de ser una "orquesta de cumbia", se trata de una firma dedicada a la organización y management de espectáculos de toda índole-, hasta llegar a la sobria y calculada exposición mediática de sus integrantes, los cuales nunca, en más de tres décadas, han estado envueltos en algún caso polémico -llámese juicio de alimentos, manutención de cinco mujeres, violación de fans, plagios o padrinazgos mal habidos-.

Evolución trata de rendirle homenaje a eso mismo, a la evolución del grupo, no la evolución económica o de estatus social, sino la multidimensional, la metamorfosis del colectivo en todos sus sentidos.

Evolución cultural y organizacional. La carátula del disco es una clara muestra de esa primera orgullosa intención; el mostrarle al público los instrumentos utilizados hace treinta años. El efecto psicológico que puede llegar a causar ver la austeridad logística de hace tres décadas mientras se escucha el complejo track n° 7, es impresionante.

Evolución musical. Otra gran avance expuesto. Sentémonos y hagamos la odiosa comparación. Reproduzca esa canción que suena a antigua, a la que le suena la aguja del tocadiscos e identifique la sencilla instrumentación: un bajo, unos timbales, una guitarra, una conga y una torre con dos teclados suenan timidamente, hay alegría, hay sabor, pero le falta algo, ¡vamos señores!, es 1985, la gente está joven, está aprendiendo. Vuelva a abrir el winamp, póngale pausa a Sirena del amor y regrese a este humilde blog, reproduzca el tema n° 2 adjunto al post, súbale el volúmen a su sistema de sonido 5.1, y reviente las lunas de la casa de la vieja fregada de al frente con el baby bass de don José Quiroga. Eso es Evolución, porque los años no pasan en vano, y como suele decir el dicho: En más vieja está la gallina, mejor será el caldo.

Agua Marina, como en 1976, el Poder Musical del Perú.

Ahora termine de bailar y salga a hablar con la vieja, le está tocando la puerta.

LP │ Miel de Abeja - Recopilación

Publicado por Unknown On 10:07 6 comments
Dj Bravo, del Blog lacumbiaoriginal, publicó recientemente el cover y la lista de canciones de un grupo muy difundido en la década del ochenta en la zona norte peruana.

Miel de Abeja resulta de un mestizaje de orquestas que sucedió en Talara en la década del setenta; los músicos de las grandes orquestas talareñas que amenizaban fiestas de camaradería de la pomposa sociedad petro-talareña, de las décadas anetriores a la reforma de Velasco, empezaron a crear orquestas para tocar el ritmo de moda en el momento: cumbia colombiana. Hablamos de un mestizaje por la cantidad de músicos foráneos que integraban estas orquestas: sechuranos, sullaneros, piuranos y chiclayanos, atraídos por la famosa bonanza económica de la provincia, engrosaban las formaciones de música locales, que estaban inspiradas en las grandes bandas colombianas de la época.

Bien, Miel de Abeja vendría a formar parte de la segunda generación de este fenómeno social aún no estudiado. Con el usual reemplazo de los vientos por el austero dueto sintetizador-piano, el grupo Talareño lanza al mercado el vinilo "Linda Talareña" (INFOPESA, 1986). Desconozco detalles del disco, es más, carezco del listado total del LP, sin embargo, quería hacer el comentario del grupo y su disco, para de esa manera poder soltar unas cuántas canciones, dos de ellas del disco mencionado. Resalta la voz de Marco Yacila, un joven valor piurano, que se conoce casi todas las orquestas de la movida: Armonía 10, Las Estrellas del Pacífico, y ahora, Miel de Abeja de Talara. Los dejo con los temas.



sábado, 29 de agosto de 2009

Los Macovis (Catacaos, 1978), a pesar de su parentela geográfica con Cantaritos de Oro y Agua Marina, no tuvieron la misma trascendencia que los mencionados, quizás por su temprana emigración a Argentina, quizás por no tener un ritmo tan comercial como los "grandes del norte", lo cierto es que su producción discográfica se ha mantenido en los últimos años. Con una propuesta muy tirada a lo clásico colombiano (como en el caso de los temas 4 y 5 de este disco), mezclado con estribillos al mejor estilo de la cumbia-rap (tracks 2 y 8), los hermanos Coveñas nos regalan en éste disco 14 canciones muy variadas -desde unas tres inaudibles, hasta "Catacaos bonita", que vale la pena repetir una y otra vez-. Que te vaya bien representa el trabajo de una orquesta que no se desespera por aparecer en portadas, hace su trabajo y se atreve a innovar con ciertos arreglos que, aunque pecan de ser muy osados, logran acaparar una cantidad de público nada despreciable.

Cabe destacar el último tema, que le devuelve -y le agrega- a la cumbia hecha en este lado del país, una temática mucho más amplia que la clásica y regodeada cantaleta del "amor perdido en una cantina". Hablar de la región, de sus características, de los recuerdos que hay de ella y de lo que se llega a valorar, le da a la cumbia piurana un nivel más elevado que el de "música pop", alcanza a entregar de ella una variante más autóctonista, regional, y hasta folklórica.

"Sábado y domingo me voy a bailar, sábado y domingo, me voy a Catacaos, no te pongas triste, mi linda cholita, cambia esa carita, y vamos a Catacaos..."

En un próximo post hablaré un poco más de esta banda. Un abrazo!

1. Enamorado 2. Todos bailando 3. Que te vaya bien 4. Nadie solo yo 5. Me estoy volviendo viejo 6. Más que tu amigo 7. Palomita blanca 8. Cumbia andina 9. Amor de pueblo pobew 10. Me enamoro de ti 11. Perdóname 12. La bolsa negra 13. Siempre me recordarás 15. 14. Catacaos bonita

miércoles, 26 de agosto de 2009

Cantaritos de Oro, la orquesta símbolo del bajopiurano pueblito de Bernal, cumplió en junio de 2009 31 años. Para ello, consumó las celebraciones con una serie de presentaciones a lo largo de la costa norte peruana, culminando la extensa gira con un espectáculo en el "Huaralino Internacional", un conocido local del Cono Norte de Lima. El concierto de la noche fue precedido por un show de cuatro horas de la orquesta "Armonía 10", procedente de la misma región, y auspiciado por las radios "Unión" y "La karibeña". Aquella noche, los regalos corrieron a cuenta de los cumplementados; polos, gorros y discos compactos estuvieron a la orden del día, o mejor dicho, de la noche. Éste blogger, su humilde servidor, pudo conseguir uno de esos discos, y lo deja a disposición de ustedes, para el futuro elogio o vapuleo, ustedes escojan

A pesar del anonimato de varias canciones, vale la pena escuchar el trabajo de principio a final. Causa admiración el cuidado con el que se trabajó la presentación de la portada, anteportada y carátula de disco; así como la uniformidad de calidad de cada canción. La sorpresa del disco es el hallazgo de canciones ochenteras remasterizadas, que hasta hace poco sólo se podían encontrar en rústicas versiones. Es el caso del track 4, Busco un amor, que apareció en un LP del mismo nombre a finales de los 80's, lo mismo con Corazón entristecido y Corazón sincero -canción en la que, incluso, se menciona a las regiones del Perú al estilo ochentero: costa, sierra y montaña-. Mención aparte merece la perfecta reactualización de varios clásicos de la orquesta, como por ejemplo Coralí, Dos corazones y Abrazaditos.

Espero muy pronto conseguir un par de vinilos de la orquesta de los hermanos Ayala Pingo.

La historia sabrá recompensar a etos humildes hombres de campo, de desierto, de chicha y algarrobos, de sonrisas y brisa marina. Raúl, Pancho, Fidel, Alfonso; desde Bernal, Sechura, para todo el Perú.


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